“En su mayoría son hombres que en promedio no miden más de 1,73 metros y su edad oscila alrededor de los 50 años. Están convencidos que son servidores públicos mal pagados y de que trabajan en una corporación que la sociedad rechaza por corrupta. Por estadística de cada tres, uno no terminó el bachillerato, otro tendrá sobrepeso. Ese es el perfil del policía que trabaja en México”.

En nuestro país, según un informe elaborado por el INE en colaboración con el Colegio de México se informa que cerca del 70 % de los ciudadanos no confía en su policía.

“Como cualquier ser humano, el policía tiene familia, obligaciones económicas, cumple con un horario que en la mayoría de los casos es excesivo, su retribución no va de acuerdo ni con su desempeño laboral ni con el grado de riesgo y peligrosidad que para su persona representa el ejercicio de su profesión. Y para colmo es menospreciado por la sociedad y no tiene seguridad en su empleo.

La familia y el trabajo son parte de las esferas social que se relacionan y se enlazan una con otra, ambas esferas a lo largo de la vida han transitado como dos ejes que marcan a un hombre y es muy importante hablar de ellas como factor importante, para entender la problemática de nuestros policías.


Comenzaré con lo siguiente:
En México el 81.6% de policías tienen alguna enfermedad o padecimiento causados por los horarios inflexibles y las deplorables condiciones de trabajo como son:
Hipertensión arterial, diabetes, estrés crónico, enfermedades del corazón y enfermedades pulmonares.

Las principales consecuencias de que sufrió alguna afectación en su salud debido a sus actividades laborales son:
 Aumento o disminución de peso, irritabilidad y enojo, problemas estomacales, falta de apetito, estrés, problemas cardiovasculares, fracturas, problemas respiratorios y depresión, entre otros.

La inestabilidad en su salud y en su entorno familiar hace que los trabajadores de la seguridad se sumerjan en un proceso complejo caracterizado por:
 Una pérdida de control sobre su trabajo
  Alta vulnerabilidad y sentimientos de indefensión
 Aumento de la inhibición y reducción de implicaciones en situaciones de riesgo
 Estrés.

Este último forma un factor negativo en la esfera social del policía el cual generará mayor vulnerabilidad ante los trastornos psicológicos, el trabajador de la seguridad tendrá un consumo elevado de cigarros y alcohol y muy probablemente experimentará ruptura matrimonial o de pareja, la cual influirá de manera directa su comportamiento en la sociedad.

En México algunas estadísticas señalan que solo el 29.6 % de los policías viven en matrimonio, el 44.4% en concubinato o en una relación, y el resto son separados, divorciados o solteros.

La mayoría de los policías en México ya sean casados, divorciados, en concubinato o solteros, tienen hijos que están estudiando. Un trabajo dirigido a estos servidores públicos debe indudablemente tener presente esta referencia, para establecer salarios dignos, para que el policía pueda brindar la educación a sus hijos.

¿Y qué pasa cuando el policía muere en cumplimiento de su deber? Las parejas que en la gran mayoría vivían en el concubinato quedan desprotegidas en su totalidad y los hijos huérfanos y con el futuro roto e incierto.

En México solo en 2018 fueron asesinados 421 oficiales   y en lo que va en el 2019 la cifra asciende a 369 policías muertos en cumplimiento de su deber. Números que no dan esperanzas de que las cosas cambien en las corporaciones.

La falta de capacitación envía a los elementos a ser carne de cañón para terminar muerto en los enfrentamientos o en los servicios que todos los días prestan.

En México como en el resto de América latina no existen políticas públicas adecuadas para la protección de los que a diario salen a cuidar a la ciudadanía.

“Estar alejados de los seres que queremos es de las cosas más tristes que hay en la vida. En la policía nos decían que teníamos que enfrentar muchas cosas, pero no para soportar la soledad.”
La labor de un policía debe ser admirable. A diario salen a trabajar sin saber si podrán retornar a su hogar, ya que la situación social que atraviesa nuestro país, no es del todo fácil para ellos. La discriminación, los bajos salarios, la falta de empatía de la población a gremio nos hace ver las cosas de manera indiferente.