En México, el 61 por ciento de los niños son cuidados por sus abuelos, según la Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social.

Principalmente las mujeres, en su gran mayoría entre los 60 y 70 años, son las responsables de cuidar a sus nietos y muchas de ellas padecen un desgaste físico y emocional por la carga de trabajo que implica la crianza de un o varios menores.

La esperanza de llevar una vida tranquila después de ya haber criado a sus hijos por años, ahora enfrentan el reto volver a ejercer de madres y con la presión de responder ante los hijos por la buena crianza de los menores. En muchas de las veces los abuelos también son proveedores de alimentos, apoyo económico y emocional.

En ocasiones los hijos creen que es obligación de los abuelos hacerse cargo de sus nietos y esto genera que las cargas emocionales por presión y tensión aumenten, ya que la ayuda de carácter temporal se transforma en una obligación de tiempo completo para los abuelos.
En su gran mayoría el amor hacia los hijos los conduce a asumir la responsabilidad que implica el cuidado integral a sus nietos, en otros casos los hijos recurren al chantaje emocional para forzar a sus padres a que cuiden a sus hijos, es común la amenaza de los hijos de llevar a sus pequeños con otras personas a que los cuiden responsabilizando a los abuelos del posible maltrato que puedan recibir de sus cuidadores. Los abuelos, en estos casos deben afrontar esta tarea que no esperaban realizar en esta etapa de su vida.

El Consejo Nacional del Maltrato al Anciano explica que: “cualquier acto u omisión que produzca daño, intencionado o no, practicado sobre personas de 60 años o más, que ocurra en el medio familiar, comunitario o institucional, que vulnere o ponga en peligro su integridad física o psíquica, así como el principio de autonomía o el resto de derechos fundamentales del individuo, constatable objetivamente o percibido subjetivamente”, es un acto que atenta contra la dignidad humana.
Entonces si en algunos casos el cuidado de los nietos es un acto no consensado ¿estaremos ante la problemática de un daño para el adulto mayor que ejerce esta función?

Para entender y comprender el papel de los adultos mayores, más allá de su significado en términos sociales, es fundamental hacer una reflexión sobre lo que representa ser un adulto en plenitud, en una sociedad que por un lado implementa programas de asistencia para apoyarlo, pero, por otro, permanece inmóvil ante conductas que los sitúan en condiciones que quebrantan su dignidad, que no reconocen sus capacidades y no respetan su derecho a elegir cómo vivir y dar sentido a esta etapa de su vida.

La tarea para respetar su dignidad humana y ofrecerles una vida plena, apenas empieza en nuestro país y no se reduce únicamente a darle una dádiva mensual.